Pasaban los minutos dentro de ese ascensor que subía, bajaba y volvía a subir, y ese segundo en el que desabrochaste el cierre de mi sujetador, y aún no era consciente de la posición en la que ya te habías situado. Fue viendo cómo amanecía contigo al lado cuando logré darme cuenta, pero el sueño me impidió pensar en lo que acababa de suceder... Cuando desperté no pude decir que lo esperaba, pero escucharte pronunciar cada palabra mientras, fue de lo mas erótico que había vivido en mucho tiempo. Creo que no podría haber contestado otra cosa en ese momento que no fuese si, si y otra vez si.
A lo largo de los días me fui percatando de lo que ya estaba sucediendo y fui pensando en comienzos. Pero aquella sombra seguía allí pisándome los talones... Y yo quería, pero no quería, porque siempre ha mandado el corazón sobre la razón, sin embargo esta vez veía como ambos empezaban a reconciliarse y a cooperar juntos. Y fue justo ahí cuando empecé a tenerlo todo más claro y a saber elegir el camino correcto, el de volver a ser yo con mis principios inquebrantables, y conmigo también aparecieron aquellas diferencias que me aclararon una vez mas que existen algunos que saben bien como engancharte, otros simplemente saben como llegar a enamorarte, unos con los que eres tu misma, otros con los que te sientes obligada a ser como les gustaría, unos que siempre parecen tener algo que esconder, y otros que en poco tiempo tienes la sensación de conocerles de toda la vida.
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