21 ene 2015

Abril.

Me prometí a mi misma escribir sobre ti en las sabanas desde que me di cuenta de cuánto envidio las tuyas:


El mundo ha girado para que nos moviésemos al mismo tiempo en direcciones contrarias y caóticas, como quien tira unos dados al azar para decidir su destino.
Cada experiencia nos ha definido y moldeado como un jarrón de arcilla, hasta ser lo que somos en este preciso momento. Y quién sabe la forma que tendremos cuando pasen y pasen los años.

Eres lo que eres en este instante porque un día te refugiaste en personas que te hicieron sentir mas solo de lo que habrías estado si lo hubieras sido
realmente, esperando que algún día esa situación cambiara y mejorara. No era lo que querías pero no podías irte, sabias que tu lugar iba a estar siempre ahí. Al mismo tiempo te evadías en lugares y con personas donde pensabas que te habías encontrado a ti mismo. Has intentado camuflar tu dolor y soledad con otras que te hicieron olvidar temporalmente, y que no merecieron que compartieras tanto de ti. Has conocido gente, lugares, recorrido carreteras y autovías en tu pequeño hogar blanco, y hasta has llegado a conocer otro país que te ha llevado a experimentar pequeñas aventuras que jamás pensaste.
Has cambiado en múltiples formas, pero algo ha permanecido perenne en ti: sabes demostrar fácilmente lo que sientes a quien quieres de verdad.

Sin embargo, después de todo, algo te trajo aquí. Nuestros pasos y trazadas en los propios caminos fueron los correctos, a veces opuestos en el lugar y en el tiempo, pero finalmente acertados. Lo sé porque estas aquí y estoy mirándote a los ojos.


Abril me regaló a mí la primavera y la certeza de que podía poseer un paraíso donde refugiarme en los días fríos de invierno.  Me trajo mil y un errores, que no lo fueron tanto para darme cuenta de que eras tú el que iba a tener derecho a todo a partir de aquella noche de ascensor y lluvia en el exterior.

Fue al poco tiempo cuando me di cuenta de cómo habían cambiado las cosas, y me sentí agradecida por haber estado tanto tiempo esperando algo como esto. Sentía que merecía alguien como tú, y en consecuencia, aquí me tienes delante tuya, siéndote feliz. Recuerda que quiero seguir siendo tu centro mientras no deje de ser lo primero que te ha pasado en la vida.

No se cual es la clave y el secreto para que esto no se apague nunca. O simplemente no existe y es tan sencillo como dejarse llevar y disfrutar de cada sensación que sólo tu me aportas. Es tan bonito e intenso que asusta. Asusta pensar que llegará el limite, que quiera más de esto, y que nada me parezca lo suficiente. Sin embargo, pocas cosas son infalibles en lo que se refiere al futuro, por lo que me quedo con la primera persona del plural del presente indicativo del verbo amar. Y del compartir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario