Día 25:
Hoy es un día
diferente. Lleva arrastrando un pesado abrigo desde hace muchos años. Sabe que
no es feliz. Se compara con los demás y no le cabe la menor duda: Nunca ha sido
feliz del todo. Ha tenido días señalados en los que se levantaba y no hubiera
pedido nada más en su vida. Pero hace tiempo que no recuerda cual fue esa
última mañana. No quiere culpar a nadie pero inconscientemente se acuerda de
alguna que otra persona cuando se cuestiona su malestar. Ella buscaba otra
cosa, necesitaba otro tipo de vida y de compañía, sus inquietudes y vistas al
futuro eran muy diferentes.
Hoy cree que ya
es tiempo de deshacerse de ese abrigo, porque ya empieza el verano y suben las
temperaturas en Granada. Empieza a darse cuenta que todo el mundo merece ser
feliz, que todo el mundo merece una oportunidad para intentarlo ¿Por qué ella
iba a estar toda la vida conformándose con lo que le había “tocado”?
Día
1:
“No
sé qué hacer, sé que no soy feliz, sé que no tengo lo que quiero, y parece que
no lo tendré nunca, estoy sumergida en una relación que me hace ser infeliz y me
hunde más en el hoyo pero, no sé ni siquiera si quiero salir, ni si quiero
alejarme de esta vida ni de él. No tengo fuerzas ni capacidad para dejarle, sin
embargo es él el que me reprocha que si nos va tan mal es por mi culpa, por no
aceptar el estilo de vida que quiere llevar, independiente de mí, es lo que
debo asumir si quiero estar con él, porque él no está dispuesto a cambiar. Y el
hecho de no estar con él es algo que ahora mismo no podría soportar.
En
numerosas ocasiones ha achacado todo a mi enfermedad pero, joder, no estoy loca
y sé lo que quiero y no quiero para mí, independientemente de que esté sumergida
en este fondo sin salida. Cómo duele escuchar de la persona que más quieres que
ya no soy aquella chica de la que él se enamoró, como si a mí me gustara vivir
y estar revolcada en la mierda todo el tiempo”
“Tengo
una herida abierta en la mano y tú no dejas de culparme de los rastros de
sangre.
Esta
es la metáfora más bonita que se me ha ocurrido para hablarte del dolor.
Y
es horrible.”
“Todo
esto que jamás podré comprender, lo que obtuve a cambio de intentar hacerlo
bien. Eso no es para mí, quiero mi parte de lo bueno. Quiero que estés aquí,
quiero tenerte dando vueltas a mi lado todo el tiempo en nueve órbitas
concéntricas y yo estar en el centro.
Será
mucho pedir, pero es lo menos que merezco” Irene X
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