3 oct 2014

Microuniversos en tus abrazos

Que tópico aquello de que los silencios dicen más que las palabras. Si alguien llegase a entender cada uno de los míos, sin duda allí me quedaría, al menos una buena temporada. Es como si de repente crecieras y dejases de creer en la magia, esperando que en algún momento alguien te fascine con algún truco bien hecho, y por lo menos te haga recrear de nuevo esa falsa ilusión.
A veces me prometo a mí misma dejar de leer tanta parrafada y creer en el fondo de mí que algo de todo eso puede llegar a ser cierto y que eso de idealizar no es tanta locura. Pero si existen aún personas que les atraviesan ideas tan descabelladas como las mías, quizás haya un atisbo de esperanza.
Yo, que siempre he creído saberlo todo, y he jurado ser capaz de responder  a cualquier cuestión que se enfrente, no sabría describir a veces lo que siento. Igual debería hacer como Shakespeare, inventar nombres a sentimientos indescriptibles y según el grado de intensidad.
Sé que aquella vez alguien me retó cuando me preguntó qué era el amor. Mucha gente obvia el significado, pocas se lo replantean. Yo ese día me lo pregunté, y no supe que contestar. Se la devolví, y como siempre lo escupió, como si ya tuviese preparada desde hacía tiempo aquella respuesta. A cada contestación le habría añadido una larga puntualización, sin embargo callé. Que tópico aquello de que los silencios dicen más que las palabras.

1º: El amor es emocional, sentimental, la mayor posibilidad de expresión del arte.
(“Todos los verbos que te haría acaban en –arte”).

2º: El amor debe ser sano, racional, debe mejorar tu felicidad y aportarte serenidad, estabilidad, confianza y seguridad tanto en ti misma/o como con tu pareja.

3º: El amor es negativo, es aquel que no te permite ser y realizarte por ti misma, es necesitar a la otra persona, no para complementarte y ser más feliz, sino para ser suya/o y perder tu identidad como persona.


No pude negar nada, al igual que tampoco elegiría ninguna de las tres.
Pero sí supe cómo definir lo que estaba sintiendo desde hacía unos cuantos meses. Y es simplemente dejar de buscarle una definición o significado. Definir algo o un sentimiento es limitarte, y yo siempre he odiado los límites. No quiero pensar que llegaremos a un tope en el que nos estanquemos y nos quedemos allí para siempre, o que sea el fin de todo. No sé cuál de las dos ideas me parece más horrible. Quiero interpretarlo todo como algo diferente, tanto que no se merezca ningún nombre ni etiqueta, pero que a la vez no deje de ser normal para los demás, porque creo que tú eres diferente y haces que deje de ser racional. ¿Para qué ser algo si tú y yo ya lo somos todo?


Así que no diré que esto es amor o cualquier otra cosa, ya que existen 3 definiciones distintas así como infinitas. Todo es relativo, pero los sentimientos y los pensamientos… nada podría decirse sobre ellos y que fuese 100% cierto. Solo diré lo que deseo y es simplemente tocarte y sentir tus manos a la vez recorriéndome despacio, mirar tus ojos a centímetros de los míos, conocerte al completo, dejarme llevar por el magnetismo de tu cama cuando estas dentro de ella, crear zonas X en cualquier rincón del mundo, en cualquier rincón de cualquier casa, encerrarnos en nuestros propios microuniversos dentro de nuestros brazos, un hostal, en tu casa, en la mía, frente al Mediterráneo o frente al Atlántico. Y que me abraces a cualquier temperatura… entonces me reiré del frío, aunque siga con los pelos de punta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario