24 abr 2014

Ochenta.

Como sí de una especie de insecto se tratase, me come por dentro el no poder expresarme.
Y aunque lo hiciera y fueras consciente de lo que he recorrido y vivido, daría igual, después seguirías con tu vida y tu mundo idealizado. Olvidar es demasiado fácil cuando no se trata de nosotros. Pero quería deciros que no sabéis ni habéis sentido realmente la impotencia.
No sabéis lo que es querer gritar, querer que te escuchen, que te entiendan, incluso querer pedir ayuda y que sólo salga de tu boca un sonido sin significado demasiado sonoro y hasta molesto.
No sabéis lo que es sufrir. No sabéis lo que es una guerra y mucho menos una posguerra. Creo que no sabría decir en cual de las dos existe más  miseria.
No sabéis lo que es pasar hambre de verdad, ni que te sangren las rodillas por pasar horas tirada en el suelo sin parar de fregar.
No sabéis lo que son las palizas por rutina dadas por la "persona" con la que convives, por definir de alguna manera a este tipo de escoria.
No sabéis las señales que dejan en la piel, negras como el carbón.
No sabéis lo que es estar casi inmóvil, no poder hacer tus necesidades higienicamente por ser incapaz de subir unas simples escaleras, las que tú al día subes y bajas tantas veces y sin esfuerzo.
No sabéis lo que es el dolor, la sensación de no poder respirar.
No sabéis lo que es la soledad ni la sensación de sentirte abandonada.
Pero no sabéis cuánto me alegro de que jamás os toque vivirlo, porque nadie en el mundo se merece padecer tanto.

Vieja, hoy me hiciste llorar, y aunque esa bomba te dejara sin poder hablar ni escuchar, supiste transmitirme gratitud con esa mirada... y sobre todo esa sonrisa.
Las gracias debo de dártelas yo por sostener mis manos unos segundos y haberles aportado tanta calidez.

20 abr 2014

Me quedo.

Me voy, pero me quedo.
Me quedo con los buenos momentos, con haber vivido y haber sentido poco a poco lo que nunca esperaba.
Me quedo con las risas y los abrazos, me quedo con tus ojos y lo que transmitían cuando miraban los míos.
Me quedo con lo aprendido.
Me quedo esperando a que me vuelvas a ver como lo hacías antes, con tu arrepentimiento y con mi "ya es tarde".
Me quedo con él, midiendo el tiempo de la mejor manera: Cuando menos lo esperaba y cuando mas lo necesitaba.
Me quedo con la esperanza de verte algún día, sonreirte y darme cuenta de que esta vez no volveré a retroceder.
Me quedo con mi tiempo, para invertirlo en quien verdaderamente lo merezca y lo sepa aprovechar.
Solo me quedo con eso.

Quédate tu con nuestros recuerdos, quizás algún día logres dejar de echarlos de menos.


19 abr 2014

Siempre vuelve.

Esto de la bipolaridad nunca fue conmigo pero ¿Qué hago? Si tus ojos no son de color mar, pero siempre me ahogo dentro, si cuando no los tengo delante me molesta verte y me sobra el recordarte (Siempre vuelves, siempre te vas) si tengo una voz dentro que me habla de oportunidades y otra que me advierte y me repite: "nunca te olvides".
La misma voz que me reprocha que olvidé mi verdadero yo, el que no se estanca, sino que es libre y vuela, no idealiza, abandona, deja esa huella, lo hace bien, siembra esa pizca de dulce obsesión, y al fin, no busca, sino encuentra.


8 abr 2014

El tiempo nunca sobra.

Fue una mañana calurosa comparada con las anteriores, mi único objetivo era el de llegar a mi destino con la mejor música en mis oídos. Casualmente pasaste por mi cabeza, a saber por qué, el caso es que esa mañana, por primera vez, me sobro el tiempo, aunque, ¿Para qué engañarnos? El tiempo nunca sobra, siempre hay una buena opción para poder aprovecharlo como es debido, así que me dispuse a buscarte en un ansia repentina por saber que cosas descabelladas se te pasaban a ti por la cabeza, ¿yo quizás? Quería creer que sí. Y me la jugué corriendo el riesgo  de que esta pequeñita obsesión no se esfumara aún, de esas que aparecen sólo cuando alguna persona con la que he parecido conectar de alguna forma, pretende alejarse de mi . Y para mi sorpresa, inmediatamente me sentí un poco mas insignificante que antes, un poco mas pequeñita, alguien menos interesante, menos especial...
¿Que tendrás? Cómo odio que desde el minuto uno hayas tenido siempre la frase perfecta para dejarme sin recursos por donde escaparme.
Y entonces, simplemente me dispuse a caminar buscando algunos rayos de sol, esta vez no necesité gafas, en ese momento me apeteció que molestase, encontré un banco y, para no perder el tiempo, comencé a escribir... Y es que ya lo ves, tú te has llevado el record de capacidad para inspirarme (en varios sentidos) en cuestión de segundos, porque a ti no te basta con lo superficial, no es suficiente para hacerte arrancar.

Malditas luciérnagas, malditas aquellas escasas horas con sabor a tabaco que volaron.


7 abr 2014

A pesar de ti, siguen aquí.

Intentaré ser escueta como aquellas horas que compartimos, no merece la pena alargarse en esto, pero... No habría estado mal haberte dedicado unas lineas de promesas cumplidas,de futuros planes de los cuales solo algunos habríamos realizado, de nuevas experiencias acompañadas, de visitar una nueva ciudad sin llegar a pisar su suelo, de miradas sostenidas, de esas que hablan, de largos ratos al sol hasta que llegase a molestar, de paseos nocturnos a elevadas temperaturas, de las cosas que aprenderías de mi y yo de ti, en definitiva, de lo bonito que habría sido conocerte y no arrepentirme de ello.
Hubiera estado más que bien, de hecho, por un momento llegue a pensar: ¿Y por qué no? Voy a dejarme llevar, llegué a ver algo en ti, llegué a creer... Todo fue culpa de las las falsas luciérnagas que alumbran por la noche, siempre te engañan. Y efectivamente, me volví a estampar, volviste a buscar lo mismo que el resto, aunque no me atrevería a decir que eres igual que todos ellos.
Quizás nos volvamos a encontrar algún día, ¿Quien sabe?
De lo que estoy segura es de que no habrás conseguido que se esfumen con tu humo estas esperanzas y oportunidades.
Siguen aquí.