Necesidad de escribir.

"Abrir un documento y escribir" me lo has contagiado tu, tú me hiciste volver a recordar esta extraña necesidad. Y no sé qué es lo que necesito escribir, si mis repetidos autoinsultos por ser lo contrario a quien yo creía ser, o lo que la vida me está devolviendo, pero tengo claro que el fin es siempre desahogo. Cuando todo parece ir mal, cuando yo misma me siento egoísta por sentirme así, sabiendo y conociendo las circunstancias de mi alrededor, apareces tú con aparente propósito de cambiar esta sensación, como un hilo de luz en una sombra que cada vez parece crecer más. De repente todo se frena y yo me estampo contra una pared de cemento que no para de repetirme ilusa, soñadora, inocente, crédula y sobre todo débil, todo va en contra de "mi filosofía" y es algo que me cuesta mucho perdonarme. Pero me doy cuenta de una cosa importante: yo también soy de carne y hueso como los demás, algo que no me consuela en absoluto.

Tu despertaste en mi esa necesidad, una necesidad que llevaba oculta en mi hace ya algún tiempo y a la que no quería mirar de frente porque llevaba escrita en ella un ápice de “dependencia”, palabra inadmisible en mi vocabulario y que de manera imperceptible se va introduciendo. Solo espero controlar estos sentimientos que desbordan cada vez más, como lo he hecho hasta ahora y tan bien se me ha dado. Sé que soy capaz y sigo siendo fuerte. Lo que más me inquieta, lo que más impotencia me produce, es lo que se me pasa por la cabeza a medida que voy escribiendo, a quien me dirijo con estas absurdas letras: a un completo desconocido, un desconocido que desgraciadamente removió algo, no sé el qué, ni cuándo, ni cómo, pero lo he sentido, y si, "ese" has sido tú, no el que parece estar conectado a mí para toda mi vida, ni el que mágicamente aparece por mi ventana cuando estoy a punto de estallar, ni al que creo conocer a la perfección, sino tú, el que decidió cruzarse conmigo con un estúpido comentario, al que no esperaba ni espero ya, al que hizo saltar mi diminuta chispa que estaba a punto de consumirse, al que siempre parece ocultar algo, al que no conozco ni conoceré.